Ubicada entre las calles Reyes Católicos y Gran Vía de Colón, rinde homenaje a una figura histórica extraordinaria. Isabel la Católica, nacida en Madrigal, Ávila, en 1459, fue hija de Juan II de Castilla y de su segunda esposa, Isabel de Portugal.
En 1469, contrajo matrimonio con su primo segundo, Fernando II de Aragón, en un enlace que requirió una dispensa papal. De esta unión nacieron hijos que dejarían una huella significativa en la historia, como Isabel, reina de Portugal; Juan, Príncipe de Asturias; Juana, reina de Castilla, Catalina reina de Inglaterra y María, reina de Portugal, tras el fallecimiento de su hermana Isabel.
Isabel la Católica desempeñó un papel crucial en la conquista del Reino de Granada, poniendo fin a la Reconquista que había comenzado siglos atrás con Pelayo en Asturias. Después de la toma de Granada, impulsó la construcción de la Capilla Real, que sirvió como mausoleo para ella y su esposo Fernando. Con el tiempo, también se convirtió en el lugar de descanso eterno de su hija Juana y su esposo Felipe I de Habsburgo y su nieto Miguel
La Plaza Isabel la Católica es un recordatorio de la gran influencia y legado de esta reina, cuyo reinado marcó un punto de inflexión en la historia de España.
El Monumento erigido en 1892 en el centro de la plaza, rinde homenaje a las Capitulaciones de Santa Fe y representa a la Reina Isabel la Católica y a Cristóbal Colón. Este monumento fue creado por el escultor valenciano Mariano Benlliure i Gil, nacido en 1862 en una familia de artistas. La escultura representa el momento en el que Colón presentaba sus proyectos de viaje a las Indias, que finalmente condujo al descubrimiento de América.