Plaza de la Romanilla
La Plaza Romanilla, situada en el corazón de la ciudad entre Capuchinas y San Jerónimo, es un lugar con una historia fascinante. En este espacio, antes ocupado por una calle irregular, se encontraba un mercado central donde predominaban los puestos de carnes y verduras. Aquí, diversos comerciantes ofrecían una amplia variedad de productos, y lo interesante es que junto a este mercado se encontraba una oficina municipal que tenía varias funciones, una de las cuales era garantizar la fidelidad en el peso de las mercancías que los compradores adquirían.
La peculiaridad estaba en que esta oficina utilizaba una pequeña romana, o «romanilla», para pesar los productos comprados. Si los resultados mostraban que no se había dispensado la cantidad adecuada, los compradores tenían la oportunidad de presentar reclamaciones. Así que, además de ser un lugar de comercio animado, la Plaza Romanilla servía como un centro de control de calidad para los productos que se vendían en el mercado. Esta mezcla de comercio y vigilancia lo convierte en un rincón con una historia única en el corazón de la ciudad.